La depresión mayor es una enfermedad crónica que ocupa el segundo puesto en causas de discapacidad en todo el mundo. Sin embargo, la depresión es más común en mujeres que en hombres. ¿Por qué ocurre esto?

En este artículo
  • Las mujeres tienen casi el doble de probabilidad que los hombres de ser diagnosticadas con depresión, con una prevalencia anual global del 5,5% frente al 3,2%.
  • Factores biológicos como las fluctuaciones hormonales, en particular la disminución de estrógenos, están estrechamente ligados a la depresión en mujeres.
  • Algunos tipos de depresión son exclusivos de las mujeres, como la depresión perinatal, el trastorno disfórico premenstrual y la depresión perimenopáusica.
  • La inflamación afecta de forma distinta al cerebro de mujeres y hombres, lo que podría explicar parte de la mayor vulnerabilidad femenina a la depresión.
  • El trastorno afectivo estacional también se presenta con más frecuencia en mujeres, especialmente en invierno, mostrando variaciones claras de síntomas según la estación.

Las mujeres tienen casi el doble de probabilidades que los hombres a ser diagnosticadas con depresión

Las mujeres tienen casi el doble de probabilidades que los hombres de ser diagnosticadas con depresión. En este sentido, un artículo publicado en 2015 en el Journal Of Psychiatry & Neuroscience explica que la prevalencia de la depresión mayor es mayor en mujeres que en hombres. Según datos recogidos por Paul R. Albert, autor del artículo, en 2010 la prevalencia anual global de la depresión fue del 5,5% en mujeres y del 3,2% en hombres, lo que representa una incidencia 1,7 veces mayor en las mujeres.

Según el artículo, que las tasas de prevalencia entre mujeres y hombres sean similares en países desarrollados y en todo el mundo sugiere que el riesgo diferencial puede deberse principalmente a diferencias biológicas de sexo. No depende tanto de cuestiones como la raza, la cultura, el tipo de dieta, la educación y otros factores sociales y económicos.

Albert también hace alusión a que los factores de riesgo impulsados ​​por la sociedad para la depresión en las mujeres probablemente tengan un origen biológico (fuerza física y personalidad), lo que lleva a una mayor prevalencia de depresión en las mujeres. Sin embargo, observa, en las sociedades en las que se promueve la igualdad no se ha producido un cambio claro en el índice de depresión entre mujeres y hombres.

Ciertos tipos de depresión son exclusivos de las mujeres

Ciertos tipos de depresión son exclusivos de las mujeres. Es el caso del trastorno disfórico premenstrual, la depresión perinatal y la depresión perimenopáusica. Estos cambios parecen estar asociados a cambios y fluctuaciones hormonales que podrían ser desencadenantes de la depresión. En estas fluctuaciones, el estrógeno tendría un papel importante.

En este sentido, explica Albert, los factores biológicos, como la variación en los niveles de hormonas ováricas y, en particular, la disminución de estrógenos, pueden contribuir al aumento de la prevalencia de depresión y ansiedad en las mujeres.

Sin embargo, Albert explica que, teniendo en cuenta la acumulación de investigaciones existentes hasta el momento, la menor prevalencia de depresión en los hombres probablemente también se relaciona con las diferencias de desarrollo en los circuitos cerebrales entre ambos sexos.

La inflamación podría explicar por qué la depresión es más común en mujeres

La anhedonia, o incapacidad de obtener placer en las actividades que solían sentirse placenteras, es uno de los síntomas de la depresión mayor. A nivel neurológico, la anhedonia presenta una actividad reducida en el estriado ventral, el área de procesamiento de recompensas del cerebro.

En lo que se refiere a esto, una investigación publicada en mayo de 2019 en el Biological Psychiatry: Cognitive Neuroscience and Neuroimaging intenta aclarar cómo se manifiestan en el cerebro las diferencias sexuales en la depresión. Así, el estudio muestra cómo la inflamación afecta la respuesta del cerebro a las recompensas de manera diferente en hombres y mujeres. El estudio incluyó 115 participantes sin depresión, 69 de los cuales eran mujeres, asignados al azar al grupo de estudio y al de control.

Los investigadores administraron una dosis baja de endotoxinas para inducir la inflamación o un placebo. Dos horas después, justo en el pico de la reacción inflamatoria a la toxina, se les pidió a los participantes que completaran una tarea en la que tenían que anticipar una recompensa monetaria. Los participantes realizaron dicha tarea dentro de un escáner de resonancia magnética funcional.

Reducción en la actividad del estriado ventral e inflamación en mujeres

Los resultados revelaron que la endotoxina redujo la actividad del cuerpo estriado ventral de procesamiento de recompensas. Sin embargo, los investigadores observaron que este efecto era diferente según el sexo. Lo que notaron los investigadores es que, en las mujeres, la endotoxina provocó una disminución de la actividad del estriado ventral antes de la recompensa, mientras que esto no ocurrió en los hombres.

La reducción en la actividad del estriado ventral se relaciona con aumentos en la inflamación de las mujeres, pero no de los hombres. Esto sugiere, según los investigadores, que las mujeres con trastornos inflamatorios crónicos pueden ser particularmente vulnerables a desarrollar depresión debido a la disminución de la sensibilidad a la recompensa.

Dicen los investigadores que este estudio es el primero en demostrar que hay diferencias de sexo en la sensibilidad neuronal para recompensar en respuesta a la inflamación. Explican que esto tiene implicaciones importantes. Esto se debe a que los hallazgos pueden proponer una razón por la que las mujeres experimentan depresión a un ritmo mucho mayor que los hombres, especialmente en los casos de depresión que pueden tener una naturaleza inflamatoria.

El trastorno afectivo estacional es más común en mujeres

El trastorno afectivo estacional también es más común en mujeres que en hombres. Este subtipo de depresión caracterizada por sentimientos de falta de valor, poca energía, fatiga y falta de interés en actividades generalmente divertidas durante los meses invernales.

Un estudio publicado en Journal of Affective Disorders en enero de 2018, en el que participaron en torno a 150.000 adultos de ambos sexos, encontró evidencia de variación estacional en los síntomas depresivos en las mujeres.

Los investigadores analizaron los síntomas depresivos de los participantes durante cada temporada, así como los síntomas de mal humor, anhedonia, cansancio y tensión. También analizaron el vínculo entre los síntomas de depresión, la duración de los días y las temperaturas promedio en el exterior.

Variaciones estacionales en los síntomas de la depresión

El estudio reveló que las mujeres experimentaron variaciones estacionales en los síntomas de depresión, así como síntomas de cansancio y anhedonia. Sin embargo, estas variaciones estacionales no se encontraron en los hombres.

Según los investigadores, los síntomas de depresión, cansancio y anhedonia en las mujeres fueron más fuertes en los meses de invierno. Estos datos fueron confirmados incluso después de considerar otros factores sociales y del estilo de vida, como tabaquismo, consumo de alcohol y ejercicio.

Los investigadores encontraron que los días más largos se asociaron con una reducción en la notificación del estado de ánimo bajo y anhedonia, pero con una mayor notificación del cansancio entre las mujeres.

Los datos de estudio también revelaron que los días más cortos se asociaron con un mayor sentimiento de mal humor y anhedonia en las mujeres.

Mirar la mente femenina con otros ojos

Los datos no bastan. Si la depresión afecta más a las mujeres, es porque también se sienten y se entienden de forma distinta. No basta con decir que hay diferencias hormonales o neurológicas. Hay que escuchar lo que esas diferencias generan: una relación con el entorno, con una misma, con el deseo y el esfuerzo diario que no encaja fácilmente en moldes médicos o psicológicos universales.

La mujer atraviesa ciclos, transformaciones y exigencias que no siempre son visibles, pero que sí tienen consecuencias. Comprender esto no significa reducir todo a lo biológico, sino ampliar el foco. Significa aceptar que los síntomas pueden ser señales de algo más profundo: no solo de un desequilibrio químico, sino de una vida vivida bajo presiones específicas. Y eso, por sí solo, ya exige una mirada más cuidadosa, más informada y menos uniforme a la hora de diagnosticar y tratar la depresión.

Preguntas frecuentes sobre la depresión en mujeres

¿Por qué la depresión mayor es más común en mujeres que en hombres?

La mayor prevalencia de depresión en mujeres se atribuye principalmente a diferencias biológicas de sexo, como las fluctuaciones hormonales, especialmente del estrógeno, y las variaciones en los circuitos cerebrales. Aunque los factores sociales y culturales también influyen, la consistencia de estas diferencias en diversas sociedades sugiere un origen biológico predominante en la vulnerabilidad diferencial a la depresión.

¿Existen tipos de depresión que solo afectan a las mujeres?

Sí, hay tipos específicos de depresión que se manifiestan exclusivamente en mujeres debido a cambios hormonales significativos. Estos incluyen el trastorno disfórico premenstrual, que ocurre antes de la menstruación; la depresión perinatal, que abarca la depresión durante el embarazo y el posparto; y la depresión perimenopáusica, asociada a la transición hacia la menopausia.

¿Cómo influye la inflamación en la depresión femenina?

La investigación indica que la inflamación puede afectar la actividad del estriado ventral, una región cerebral clave para el procesamiento de recompensas, de manera diferente en mujeres que en hombres. En mujeres, la inflamación puede reducir la actividad de esta área, lo que se relaciona con un aumento en la anhedonia, un síntoma común de la depresión, sugiriendo una vulnerabilidad particular en mujeres con trastornos inflamatorios crónicos.

¿Qué relación tiene el trastorno afectivo estacional con las mujeres?

El trastorno afectivo estacional (TAE) es más prevalente en mujeres, quienes experimentan síntomas depresivos, cansancio y anhedonia más intensos durante los meses de invierno, cuando los días son más cortos. Este patrón estacional no se observa de la misma manera en hombres, lo que sugiere una sensibilidad diferencial a los cambios en la duración de la luz diurna y su impacto en el estado de ánimo.

¿Qué papel juegan las diferencias cerebrales en la prevalencia de depresión entre sexos?

Además de las diferencias hormonales, las variaciones en el desarrollo de los circuitos cerebrales entre hombres y mujeres se consideran un factor importante en la distinta prevalencia de la depresión. Estas diferencias neurológicas pueden influir en cómo cada sexo procesa emociones, recompensa y estrés, contribuyendo así a una mayor o menor susceptibilidad a desarrollar trastornos depresivos.



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