La distimia, trastorno distímico o trastorno depresivo persistente es un trastorno del estado de ánimo. Este trastorno muestra los mismos síntomas que la depresión mayor, de menor gravedad, pero de mayor duración.
La distimia, trastorno distímico o trastorno depresivo es un estado grave de depresión crónica que persiste durante al menos dos años en adultos o un año en niños y adolescentes. Aunque el trastorno distímico es menos agudo y grave que el trastorno depresivo mayor, es un trastorno crónico.
Resulta difícil estimar cuántas personas están afectadas por este trastorno, los estudios estiman que en torno el 5-6% de la población general sufre distimia.
Denominación del trastorno
En Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, quinta edición (DSM-5), el manual de referencia estándar utilizado en EE.UU. para el diagnóstico de enfermedades mentales publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en 2013, reemplazó el término distimia por el de trastorno depresivo persistente.
Con este nuevo término el DSM-5 trata de unificar el trastorno depresivo mayor crónico como el trastorno distímico ante la falta de evidencia de diferencias significativas entre ambas condiciones. No obstante, en muchos países todavía se siguen utilizando los términos distimia y trastorno distímico.
De hecho, el CIE-11, la Clasificación Internacional de Enfermedades, en su 11ª revisión (presentado en mayo de 2019, en vigor a partir del 1 de enero de 2022) sí reconoce el trastorno distímico como tal.
En cualquier caso, como en ambos casos la definición del trastorno, cualquiera que sea su denominación, es muy similar, suelen utilizarse los términos como sinónimos, sobre todo en entornos divulgativos.
Distimia: definición y características
La distimia, trastorno distímico o trastorno depresivo persistente se caracteriza por un estado de ánimo depresivo persistente (es decir, que dura dos años o más), durante la mayor parte del día, durante la mayor parte de los días. En niños y adolescentes, este estado de ánimo depresivo puede manifestarse como una irritabilidad generalizada.
Además, este estado de ánimo depresivo, el trastorno distímico se acompaña de otros síntomas, como:
- interés o placer notablemente disminuidos en las actividades
- reducción de la concentración y la atención o indecisión
- baja autoestima o culpa excesiva o inapropiada
- desesperanza sobre el futuro
- sueño perturbado o aumento del sueño
- disminución o aumento del apetito
- energía baja o fatiga
- poco apetito o sobrealimentación
Estos síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
Para que pueda diagnosticarse la distimia, durante los primeros dos años del trastorno no debe haber habido un período de dos semanas durante el cual el número y la duración de los síntomas fueran suficientes para cumplir con los requisitos diagnósticos de un episodio depresivo. A esto hay que añadir la no existencia de antecedentes de episodios maníacos, mixtos o hipomaníacos.
Por otra parte, estos síntomas no se pueden atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (como el consumo de drogas o medicamentos) o a otra afección médica (como el hipotiroidismo).